No busqué ubicuidad
en la altitud subterránea
de tus pétalos caídos.
Tu sábana despertó emociones
en tu aliento que yo respiré.
Desde el mediodía hasta hoy
no necesito más aire que el de
tu boca.
Y no puedo de ella apartarme
estando
cada vez más y más
en tu cama hundido
fundando en ti futuros
distintos
adecuando cada forma
a la siluetas de tus ojos
que a cada parpadeo
construyen
incertidumbre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario